En el borde oriental del gran altiplano de Bolivia, al sureste del Lago Titicaca,  se alza majestuosa la Cordillera Real que algunos  llamaron “el Himalaya del Nuevo Mundo” pues indudablemente hace honor a su nombre de Real. 

Este macizo de unos 125 km de largo presenta una sucesión de cumbres graníticas cuya cúspide es la cima  del Illimani, de 6.438 msnm, que está acompañado por un cortejo de siete seismil y más de veinte cincomil. 

Parece extraño pero la cordillera  tiene numerosos glaciares aunque está  situada a solo 17° al sur del ecuador, lo que se explica por su proximidad con la selva amazónica y sus grandes masas de aire cargado de humedad.

En el  Nevado Condoriri o “Cabeza de Cóndor”( 5.648 msnm) se muestra  toda la simbólica belleza de los tres picos que lo forman representando un cóndor con las alas desplegadas. Y el Nevado Illampu junto con el Ancahuma conforman un solo y extenso macizo dominante en la Cordillera Real.

En la cultura aymara las cumbres son santuarios donde residen los espíritus tutelares que protegen a su pueblo y por ello reciben veneración y ofrendas.