El pueblo de San Pedro de Atacama fue el principal centro de la cultura atacameña o likanantay, bien defendida desde el siglo XII por el pukará de Quitor que resistió a los conquistadores españoles. Cerca de San Pedro perduran quince ayllus, una organización socioeconómica comunitaria preincaica todavía vigente. Actualmente este pueblo oasis del desierto es considerado como la Capital Arqueológica de Chile. Saliendo de San Pedro el desierto nos sorprende. El Valle de la Muerte hace honor a su nombre y el Valle de la Luna, hoy Santuario de la Naturaleza, muestra en su extrema aridez la belleza de caprichosas formaciones naturales. El oasis de Toconao asombra por su abundancia y variedad de frutas logradas por el trabajo arduo de las comunidades, en tanto el cercano Valle de Jerez tiene muy buenas paredes donde practicar escalada. En la Reserva Nacional Los Flamencos, las hermosas y muy visitadas lagunas Miscanti y Miñiques a 4.200 m de altura, regalan una vista espectacular a las montañas y se siente la inmensidad del paisaje natural. En contraste, los salares de Talar y Kapur son de una aridez desoladora. Pero al enfrentar la ascensión al Volcán Láscar, de 5.450 m el deportista será premiado con la contemplación del grandioso escenario de los montes sagrados que lo rodean. Una imagen inolvidable. Partiendo desde Ollagüe pronto se llega al inmenso Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo, con más de 10.000 km2 de superficie continua, situado a 3.650 msnm. La singular Isla de los Cactus es sin duda una atracción imperdible en el salar. Después, la laguna Coipasa de aguas turquesa y el ya casi desaparecido lago Poopó desde el cual en breve jornada llegaremos a La Paz, la ciudad capital más alta del mundo, vigilada por el imponente Illimani y toda la Cordillera Real. El Pequeño Alpamayo es un hermoso monte de 5.410 m. situado en medio del Macizo Condoriri que tiene este nombre por su semejanza con una de las caras del gran Alpamayo. Es apenas visible desde el campamento base en la laguna Chiar Khota, oculto por el cerro Tarija un poco más bajo que obligadamente se debe ascender para llegar al Pequeño Alpamayo. Un agudo filo conduce a la cumbre y la vertiente oriental cae abruptamente a las yungas selváticas de la amazonia boliviana. Es una ascensión bonita y entretenida pero difícil porque requiere destreza en la técnica de hielo. Y además, este hermoso, entretenido y difícil Pequeño Alpamayo está cerca de La Paz. De regreso a Chile vale una detención el Parque Nacional Sajama y la cumbre más alta de Bolivia. El lago Chungará con el fondo de los Nevados de Payachata es un espectáculo de la Naturaleza y de la increíble biodiversidad que sustenta el Altiplano. Descendiendo hacia la costa se encuentra el poblado típicamente aymara de Putre, última detención antes de llegar a Arica, la ciudad de la eterna primavera.