San Pedro es siempre el comienzo de las aventuras en Atacama. Aquí se reúnen aventureros y excursionistas para emprender sus andanzas por el desierto más árido del mundo. En el pucará de Quitor asombra el esfuerzo defensivo de los pueblos atacameños frente al invasor español que finalmente conquistó la plaza. El Valle de la Luna es un Santuario de la Naturaleza donde el desierto exhibe sus mejores creaciones naturales, caprichosos coloridos y formas. Después de conocer Rio Salado y Rio Grande, típicos pueblos atacameños, llegará Ud. al Mirador de Machuca para contemplar desde allí toda la magnificencia de Los Andes. Monumento Natural son los géiseres del Tatio, impresionante despliegue de fuerzas naturales. Ochenta chorros de agua hirviente se elevan hasta diez metros colmando toda el área de vapores brillantes al sol. En el Salar de Cascote, antiguo lago venido a menos, le asombrarán las bandadas de flamencos A continuación el volcán Aucanquilcha nos desafíará desde sus 6000 metros con amenazantes fumarolas, como poniendo a prueba a los excursionistas que intentarán alcanzar alguna de sus cuatro cumbres. Las famosas lagunas altiplanicas Miscanti y Miñiques, en la Reserva Nacional Los Flamencos, dan refugio de flamencos, gaviotas, taguas y patos en un bello entorno al pie de volcanes. El Volcan Pili o Acamarachi, otro 6000, es el último desafío de esta excursión para quien quiera observar el lago de su cráter y regresar satisfecho a San Pedro de Atacama. Desde Ollagüe se viaja al inmenso Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo, con más de 10.000 km2 de superficie continua, La singular Isla de los Cactus es sin duda una atracción imperdible en el salar. El viaje nos guiará después a la laguna Coipasa de aguas turquesa y al casi desaparecido lago Poopó desde el cual llegaremos a La Paz, la ciudad capital más alta del mundo, vigilada por el imponente Illimani. El Chachacomani, cubierto de nieves perpetuas, tiene una enorme meseta glacial que es preciso rodear para llegar a la cumbre. Aunque fue ascendido por primera vez en 1947 es todavía una montaña que se conoce muy poco y no goza de popularidad entre los montañistas de la Cordillera Real siendo accesible desde el Altiplano sin mayores dificultades técnicas. Quienes han estado en la cumbre aseguran que la vista es asombrosa y que el Chachacomani es el punto ideal para ver la Cordillera Real desde el Huayna Potosí al sur hasta el Illampu al norte, el lago Titicaca y los verdes valles tropicales, todo en una sola mirada. De regreso a Chile el Parque Nacional Sajama y la cumbre más alta de Bolivia bien valen una detención. El lago Chungará con el fondo de los Nevados de Payachata es un espectáculo de la Naturaleza y de la increíble biodiversidad que sustenta el Altiplano. El poblado de Putre es la ultima detención antes de llegar a la Joya del Norte chileno, la primaveral ciudad de Arica