Sara Larraín, Programa Chile Sustentable
Chile es un país montañoso, donde el 70% de la población se abastece del agua proveniente de las zonas cordilleranas, cuyo respaldo más importante es la nieve y los glaciares que permiten asegurar el agua potable a la población, la mantención de los ecosistemas y la continuidad de las actividades económicas, especialmente la agricultura.
Actualmente los glaciares a nivel mundial están en retroceso a causa del calentamiento global. Adicionalmente, en el caso de Chile, los glaciares están siendo intervenidos directamente por la minería (Berland 2016), mediante construcción de caminos sobre ellos, lo cual genera polvo que se deposita y acelera su derretimiento, perforaciones y remoción masiva de hielo con maquinaria pesada durante la explotación, sepultando los glaciares bajo botaderos de estériles (Contreras e Illanes, Brenning 2008, Chile Sustentable, 2011; Bodin, 2018). La situación es especialmente crítica en la zona norte y centro del país.
En las últimas décadas la minería ha intervenido glaciares entre las Regiones de Atacama y Metropolitana provocado la pérdida de enormes reservas de agua dulce y contaminado las aguas, afectando el consumo humano, la agricultura, y los ecosistemas. Esta destrucción ha agravado la desertificación, haciendo más vulnerables las ciudades, la agricultura, y los ecosistemas en un contexto de mayor estrechez hídrica debido al cambio climático.
El caso de destrucción de glaciares más conocido es el de Pascua Lama, proyecto de extracción de oro de la compañía Barrick Gold, que durante sus exploraciones entre 1981 y 2000 destruyó en forma irreversible el 62% del Glaciar Toro 1, y el 71 % del Glaciar Toro 2 en la cuenca alta del Río Huasco (Golder Associates, 2005a). El permiso ambiental entregado a Barrick Gold en 2005 le permitía extraer oro en explotación subterránea bajo el área de glaciares y también depositar material de descarte sobre el mayor glaciar de roca existente en la cabecera del río El Estrecho, en la cuenca del Huasco (Golder Associates 2005b). Luego de reiteradas sanciones, las operaciones de esta minera fueron clausuradas en 2013. Posteriormente, en 2017, la Superintendencia del Medio Ambiente le caducó la Resolución de Calificación Ambiental.
En la región de Coquimbo, Minera Los Pelambres de Antofagasta Minerals desarrolla desde 2005 actividades mineras en la cuenca superior del río Choapa, generando graves impactos sobre glaciares de roca y los recursos hídricos. En esta cuenca los científicos identificaron 15 glaciares rocosos entre los 3.500 y 3.900 m. snm (en su mayoría glaciares activos), de los cuales 4 desaparecieron casi completamente por el depósito de lastre sobre ellos y otros dos fueron intervenidos por la construcción de caminos (Brenning y Azócar, 2010). Estas actividades de remoción y depósito de materiales no fueron incluidas en los estudios ambientales presentados a la autoridad, aunque se conocía la existencia de esos glaciares desde el año 1998 (Geoestudios, 1998). Las intervenciones de Pelambres entre 2000 y 2006 afectaron reservorios permanentes de agua fosilizada equivalentes a 2,84 millones de metros cúbicos de agua dulce, pérdida no prevista en el proceso de evaluación ambiental del proyecto minero (Azocar y Brenning 2008).
En la región de Valparaíso, Codelco Andina ha impactado glaciares rocosos desde 1980 en la cuenca alta del Río Aconcagua, haciendo desaparecer casi completamente dos glaciares rocosos (identificados por Lliboutry en 1961), con un área total de 1,32 km2. Codelco también ha intervenido 0,78 km2 de glaciares rocosos con depósitos de lastre e infraestructura minera (Brenning, 2008). Los glaciares más afectados son el Rinconada y el Río Blanco, cuyas lenguas se encuentran en el rajo de la mina. Los estudios del área muestran que entre 1991 y 2000, Codelco removió entre 1 y 8 millones de toneladas de hielo al año (Morales, 2001) y estiman que la empresa continuaría destruyendo glaciares en niveles semejantes en el futuro, además de depositar millones de toneladas de estériles sobre los glaciares del área de explotación de la Mina Sur-Sur. Se estima que entre 1990 y 2008, Codelco destruyó 2,1 km2 de glaciares en la cuenca alta del río Aconcagua, lo que equivale a la pérdida de entre 15 y 25 millones de m3 de reservas de agua dulce en dicha cuenca (Brenning, 2008), reduciendo la magnitud de la recarga glaciar y la seguridad hídrica del Aconcagua y de la región de Valparaíso.
En 2010 Codelco ingresó al SEIA el “Proyecto expansión Andina 244” informando la afectación de 100 hectáreas de glaciares (Oficio Nº 111747 – 2010 MMA) lo cual era inaceptable, pues reducía importantes reservas de agua en la cuenca del río Aconcagua, agravaba los conflictos con los regantes y la vulnerabilidad hídrica de la región de Valparaíso frente a las sequías y al cambio climático. Por esta razón, el proyecto fue retirado del SEIA, reingresado en 2013 y retirado nuevamente debido al rechazo ciudadano, pues la autoridad observó que la expansión intervendría 20 glaciares, afectando 560.900 m2 por excavación y 1.015.400 m2 por sepultación bajo estériles, proyectando una pérdida de hielo equivalente a una reserva de 12.599.000 m3 de agua dulce (SEA , 2015). Pese al reingreso a evaluación en 2017, la empresa aun no obtiene el permiso ambiental, aunque actores locales aseguran que la expansión ya fue iniciada.
En la Región Metropolitana, Anglo American explota la Mina Los Bronces en la cuenca alta de los ríos Mapocho y Olivares, este último afluente del río Maipo, que abastece el agua potable de Santiago y que riega de 120 mil hectáreas en el valle del Maipo (Chile Sustentable, 2010). Entre 1988 y 2005, Anglo American destruyó casi un 1 kilómetro cuadrado de glaciares en la cuenca alta del río San Francisco, que alimenta el Mapocho, provocando la pérdida de 9 millones de metros cúbicos de reservas de agua dulce (Azocar y Brenning, 2008). El impacto de Anglo sobre los glaciares rocosos está documentado, especialmente sobre el glaciar Infernillo (Contreras e Illanes, 1992; Valenzuela, 2004; Brenning, 2008), el cual ha acelerado el avance natural del glaciar a causa de los 14 millones de toneladas de escombros depositadas por la minera en su superficie (Brenning, 2010). En las cuencas de los ríos San Francisco, Dolores y El Plomo existen 37 glaciares de roca (Geoestudios, 2006), los que cubren una superficie de 5 km2 en las tres cuencas. Pero el crecimiento del rajo de la mina ha ocupado 0,2 km2 y junto a la excavación del glaciar de roca para el rajo ha reducido el agua que la cuenca del río San Francisco aporta al río Mapocho. En 2011 Anglo American continúo la expansión de Los Bronces construyendo (sin Estudio de Impacto Ambiental), un megatúnel de 9 kilómetros de largo y 4,5 metros de diámetro bajo el glaciar La Paloma, en la comuna de Barnechea, hasta el glaciar Olivares en San José de Maipo. La obra denunciada por organizaciones ciudadanas, el Municipio de Barnechea y parlamentarios (La Segunda, dic. 2011), nunca fue evaluada ambientalmente. En agosto de 2019, Anglo American presento al SEIA una nueva expansión de Los Bronces, esta vez con explotación subterránea; ante ello y en ausencia de una ley de protección de glaciares, la ciudadanía inició nuevamente el trabajo de prevenir la destrucción de glaciares a través del único y limitado camino de efectuar observaciones al estudio de impacto ambiental.
(en Estado del Medio Ambiente en Chile 2019, U. de Chile)